¿Quién comprende el lenguaje? Dañado con las flechas de la cognición camina entre cementerios donde los muertos oran por los vivos. Bebe el agua del recuerdo y del olvido. Conoce el aburrimiento y es maestro de la tristeza. Se alimenta de música, lecturas, pláticas, cuentos, sueños ajenos y deseos. Le gusta vivir. Se presenta como necesidad corporal y espiritual. Quiere alcanzar la perfección en la expresión, pero no puede: siempre hay algo más qué decir: cada día agoniza con el intento. Nombra las cosas y se ve limitado por las cosas. A través de la Literatura encuentra el mofle para su voraz devoción por la expresión.
Noam Chomsky. Imagen tomada de thinkglobalschool.org.
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