Reflexión sobre el video "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd, por Omar Alberto Reyes Arévalo

El video inicia con una secuencia en donde van los niños prisioneros, con máscaras de rasgos despersonalizados, siendo sólo una masa anónima. Los gritos del profesor se escuchan amenazantes y sarcásticos. Luego, el profesor hace burla de las lecturas de uno de los estudiantes: poemas. La poesía es el encuentro con la libertad y la belleza a través de las palabras, las mismas palabras que los profesores usan en sus salones. Las palabras parecen custodiadas por una élite de profesores ególatras, insensibles, sin buenos tratos, ni alegría. Su causa es memorizar sin razonar. Cuando el profesor del video está en la soledad de su casa, se enfrenta a la más pesada de las realidades: su mujer. Los niños que marchan para ser carne molida es la imagen del sistema educativo que quiere amoldar a sus estudiantes a una vida sin esperanza, semejante en todo a la de los demás. En donde se han destrozado sus sueños y aspiraciones. Si los niños se resisten, podrán acabar con esas imposiciones, por medio de la destrucción de todos los valores de la clase magisterial. Evidentemente, el video denuncia la violencia escolar ejercida por el sistema educativo, y la imagen es tan clara que no necesita comentario alguno: el sistema destruye las vidas, la inocencia y las ganas de aprender.



Videos tomados de YouTube.

Comentarios

  1. Excelente análisis, profesor, la reducción al anonimato, el rechazo al arte, el contraproducente sistema de aprendizaje y el despotismo pedagógico, son puntos muy bien rescatados y resumidos del videoclip.
    Se me vino a la mente una analogía al ver en uno de los videoclips; al profesor de la batuta; haciendo de director orquestal, me hace pensar en que la escuela no pude ser una sinfónica de directrices y estatutos herméticos; para que los instrumentos -los alumnos- marchen rígidos y al unísono como los martillos, por lo contrario; debería tratarse, de una banda de jazz improvisado[...] en el que el error es aceptado mas corregido, pero siempre desde la conciencia, desde el ejemplo y la dialéctica sana, en donde el público – Los profesores- se muestren benevolentes y transigentes, donde el rol no resulte oneroso, sino apacible, y en donde no esté en juego un título que; de no poseerlo, su ausencia suponga un yugo y una vergüenza, por lo contrario, solo debe de suponer la mayor o menor revelación y exposición de las virtudes y talentos que cada particular guarda en sí mismo. Gracias, estimado profesor Omar.

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  2. Una pequeña reflexión

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